Articulo de Owen Jones, columnista del diario británico The Guardian y autor de Chavs: The Demonisation of the Working Class y The Establishment
Muy
poca simpatía tienen la prensa mainstream
o la opinión pública británicas por los refugiados que se hacinan en
condiciones inhumanas en Calais. Con un simple titular, “Migrante corre 30
millas por el canal”, el diario EXPRESS se refería esta semana a la proeza de
un refugiado sudanés que estuvo a punto de cruzar el túnel del Canal de la
Mancha hasta el final.
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Mientras
tanto, el Daily Mail decía: “Si pudimos detener a Hitler, ¿por qué nuestros
líderes son tan débiles para detener unos cuantos inmigrantes exhaustos?
Incluso
entre las personas de mentalidad progresista se tienen reservas acerca de las
personas que han huido de las horribles circunstancias en Siria, Eritrea,
Darfur, Afganistán y otros países que viven bajo el terror de las guerras y las
dictaduras. ¿Por qué no buscan refugio en países vecinos a los suyos? ¿Qué les
mueve a viajar miles de millas y a cruzar múltiples fronteras para empezar una
nueva vida en suelo británico? ¡Ni que la Francia de François Hollande fuera una
distopía desgarrada por la guerra como para no quedarse allí!
En
primer lugar, la gran mayoría de refugiados no llegan ni a acercarse a Europa
Occidental. Según datos de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), el
86 % de los refugiados del mundo se encuentran en algún país no desarrollado;
esto representa un aumento dramático respecto al 70 % de la década pasada.
Aproximadamente uno de cada cuatro refugiados en el mundo procede de Siria: y
95 de cada 100 refugiados sirios se encuentran ahora en un país vecino.
Turquía, cuyo PIB per cápita es cuatro veces menor que el PIB británico, acoge
en estos momentos casi 1,6 millones de refugiados, cifra no superada por ningún
país en el mundo. Líbano tiene una población de 4,5 millones, y en estos
momentos acoge a 1,5 millones de refugiados sirios. Los países con recursos mucho menores que los del Reino Unido son los que están aceptando el mayor
número de refugiados.
Bueno,
eso puede ser cierto, pero ¿por qué el resto de países de Europa Occidental no
puede arrimar el hombro? Es necesario deshacer el mito de la generosidad
británica. A principios de año, Reino Unido había aceptado solo 143 refugiados
sirios, mientras que Alemania ha acogido unos 100.000 desde que estalló la
guerra civil. Gran Bretaña recibió 31.745 peticiones de asilo en 2014; Suecia
–que tiene una población casi siete veces menor que la británica– recibió 81.180 peticiones de asilo. Francia
recibió el doble de peticiones, y Alemania, con 202.245 solicitudes, seis veces
más que las recibidas por el gobierno británico. Además, el Reino Unido acepta
bastante menos refugiados que los otros países: el año pasado peticiones 10.050 de asilo fueron positivas, mientras que Suecia aceptó
30.650, los Países Bajos 12.550, Francia 14.815, Alemania 40.560, y en Italia, a
pesar de su crisis, fueron aceptados 20.580 refugiados. Y Suiza aceptó 15.410 en su
exiguo territorio.
Se
dice que los migrantes que desesperadamente intentan entrar por Calais hacia
las islas británicas lo hacen atraídos por un Estado que es en exceso generoso.
Si van a ser pobres vayan donde vayan, y a no ser que tengan niños, estarán
mucho mejor en Francia; existen restricciones parecidas para el trabajo tanto
en Francia como en Reino Unido; los alquileres son considerablemente más baratos
en París que en Londres; y en ambos países, los solicitantes de asilo reciben atención sanitaria
y educación para sus hijos.
Quienes
se dirigen al Reino Unido constituyen una minúscula proporción del total de la
población mundial de refugiados. Pero aquellos que quieren llegar hasta las
islas británicas son en su mayoría personas que han recibido educación; tienen
un dominio del inglés que piensan que les permitirá establecerse y conseguir
trabajo allí con más facilidad que en un país cuya lengua oficial desconocen; a
menudo tienen un vínculo cultural con el Reino Unido por haber sido éste una
antigua potencia colonial; o porque tienen amigos, familiares o cuentan con una
comunidad establecida allí. Existen personas que creen en efecto que toda la
población de refugiados del planeta debería ser ubicada en países
fundamentalmente pobres que ya están abrumados por este problema. Sí es cierto
que se necesita un debate sobre cómo resolver esta crisis mundial de los
refugiados, cuyo número va en aumento. Pero para hacerlo con propiedad, debemos
tener los datos y la información correctos –y dejar de ampararnos en el mito de
que el Reino Unido constituye un imán que atrae a los refugiados, algo que no
es cierto.