Transcurrida una década de la
última crisis financiera que ha afectado la organización política, social y
económica de las democracias social-liberales, y con un Estado de bienestar en
franco retroceso, empiezan a perfilarse caminos alternativos para el recorrido
hacia una economía centrada en las personas. Estos cambios están siendo
documentados y analizados en el marco de la efervescencia política surgida en
España a raíz de los movimientos 15-M y las candidaturas populares que desde el
año 2015 han accedido al gobierno municipal en ciudades como Madrid, Barcelona
y Valencia. A partir de estos cambios políticos, se están planteando nuevas
maneras de tomar decisiones de gobierno, contando con la consulta y la participación
política de la ciudadanía, e impulsando una batería de políticas públicas en el
ámbito de la economía que no se habían visto en décadas.
Actualmente existen en nuestro
entorno múltiples manifestaciones del movimiento de la economía social y
solidaria, a partir de las cuales podemos analizar su forma jurídica, y
también su funcionamiento, empleando herramientas de medición ya consolidadas.
Entre estas, destacan los indicadores proporcionados por los balances y las auditorías sociales, cuya implantación y aceptación
es mucho mayor que las de las auditorías de la deuda; en estas últimas, los Estados, las corporaciones y las
instituciones financieras se resisten a prestar oídos o extraer conclusiones
tras analizar sus decisiones sobre el rescate de los grandes bancos o la
adjudicación de contratos públicos que han sido lesivos para el interés público (léase el contrato con AGBAR para el proveimiento y gestión del saneamiento de aguas en Barcelona).
El libro que nos ocupa describe
las nuevas economías como transformadoras y plurales porque, además de
referirse a la economía productiva tradicional (la que ocurre en el marco de la
triada conformada por un Estado redistributivo, el mercado de naturaleza
competitiva y el capital financiero especulativo), también se ocupa de la
denominada economía reproductiva que nos permite entender la actividad
económica como un metabolismo social, alcanzado gracias a una cadena de sostenimiento
de las necesidades humanas, y que comprende: las actividades social-solidarias
de las cooperativas, la infraestructura que permite la cooperación social y los
cuidados para la reproducción de la vida, y los ecosistemas (siempre teniendo
en cuenta la histórica división social del trabajo entre hombres y mujeres).
Sostenibilidad y poder
Economies
transformadores de Barcelona tiene
su origen en la “sedimentación de la experiencia” del autor como miembro de la cooperativa Opcions
y activista de los movimientos por el decrecimiento y la resolución de
conflictos socioambientales, sin olvidar su compromiso con la promoción del pensamiento
estratégico y feminista en el seno de la XES (red de economía solidaria de Cataluña). La publicación de este estudio ha sido
posible por un encargo del Ayuntamiento de Barcelona de realizar un diagnóstico
de la economía social y solidaria con el fin de formular políticas públicas
dirigidas a ese ámbito.
No es casual que muchos de los
conceptos presentados en el libro, de carácter político e identidad no del todo
definidos, se conviertan (según su autor) en “terrenos de disputa entre
diferentes visiones que sí tienen un proyecto político definido, con visiones
más profundas sobre la sostenibilidad y el poder”.
Suriñach sostiene que “las batallas
por los significados son especialmente relevantes cuando las distintas
administraciones públicas desarrollan marcos legislativos y reguladores de
estos conceptos”, tal y como se observa al traducirse estos en una mayor
asignación de recursos públicos a proyectos relacionados con el ‘emprendimiento’
y la ‘innovación social’ en el ámbito
municipal de Barcelona.
Algunas etiquetas y conceptos
El estudio
tiene cuidado en distinguir entre los movimientos y los fenómenos de la
economía alternativa. Los primeros son aquellas iniciativas que cuentan con una
base social organizada y un proyecto político, mientras que los segundos son
conceptos que sirven para identificar unas determinadas prácticas, en las que se
observa una mayor ambigüedad, o cuya definición es menos homogénea.
En el
capítulo 3, el libro se detiene muy especialmente en el movimiento de la economía
colaborativa, cuyas manifestaciones son descritas como “una gradación
que va desde las formas más mercantiles hasta aquellas propuestas de
organización y gestión comunitaria que tienen una marcada preocupación por el
común” que en último caso pasan a denominarse economía colaborativa procomún.
La economía
colaborativa es un fenómeno nuevo que se ha extendido gracias al uso
generalizado de las plataformas tecnológicas abiertas, descentralizadas y no
jerárquicas empleadas en la sociedad en red. Sin embargo, hacen falta más
estudios para averiguar hasta qué grado esta nueva economía puede en efecto
considerarse transformadora, o si se trata solo de una nueva manera de realizar
transacciones mercantiles desde la economía digital.
Airbnb,
Deliveroo o Uber son claros ejemplos de cómo, en sus prácticas y su financiación
(a menudo con fondos de inversión de capital-riesgo), algunas de estas
plataformas que empezaron siendo un planteamiento de relación entre iguales o
P2P[i],
han terminado por convertirse en “intermediarias u orquestadoras de estas
relaciones”, como apunta Suriñach. Son plataformas que, en algunos casos, definen los precios y
las condiciones de las transacciones, y obtienen con ello un beneficio
económico añadido mediante la extracción de datos. Por esta razón, algunos
analistas las han clasificado bajo la etiqueta de capitalismo de plataforma.
“Buena parte de los esfuerzos de la economía colaborativa van dirigidos a no convertirse en un mercado absolutamente desregulado y sujeto a niveles de acumulación de poder y riqueza desproporcionados por parte de las grandes plataformas, sino en unos ámbitos de trabajo y consumo que sean co-gobernados por el conjunto de personas usuarias, trabajadoras y 'prosumidoras', desde un enfoque que busca privilegiar la aportación al común y no tanto una perspectiva eminentemente utilitarista”. (Economies transformadores de Barcelona, pág. 131. Traducción propia)
Economía plural
Al analizar el papel que juega
cada movimiento de la economía social, Economies
transformadores da a conocer las caras ocultas (y plurales) de la
economía y sus múltiples expresiones, las cuales se ubican más o menos cerca del marco de
referencia de la economía productiva, o se enmarcan en la economía
reproductiva transformadora, y en el
ámbito del procomún (conformado por los bienes, recursos comunes y las
maneras o culturas en que estos se comparten y gestionan).
El
tema del poder emerge a lo largo de la investigación: ¿qué estilo o modalidad de gestión es adoptada en cada
iniciativa? ¿Cuál es la postura respecto al lucro en relación con el objeto
social de la entidad? ¿Y cómo queda recogido este en el Balanç social de l'economia alternativa de Catalunya, que ha sido el punto de
partida para este libro. “¿Dónde se pone la línea roja, como lo definimos?
¿Cuál es el sesgo excusable por la “construcción del mercado social?” reflexionó
su autor durante la presentación del libro en el Espai Contrabandos de Barcelona.
Para Álvaro Porro (Comisionado
de Economía social, desarrollo local y consumo del Ayuntamiento de Barcelona),
este trabajo permite operativizar unas políticas públicas en la medida que
define unas taxonomías mediante el
análisis de las organizaciones que han incorporado innovaciones de gobernanza
en su seno.
Ana Muñoz la describe como una obra explicativa y
descriptiva de referencia, que ilustra lo que pasa en el ámbito de la transformación
social. Desde una perspectiva feminista de la economía, la experta matizó: “¿hay
diferencia entre ‘asumir’ un trabajo voluntariamente y resignarse a hacer algunas
clases de trabajos?”; sin olvidar que en España, hasta 1981, las mujeres
necesitaban un permiso del marido para trabajar. Así, podemos decir que las
líneas rojas de la economía feminista existen; sin perder de vista que
es necesario romper con los espacios de opresión en el ámbito laboral.
¿Emprendimiento o inserción?
Por último, es
evidente que los actores grandes dentro del ámbito de la economía social y
solidaria son necesarios y deben ser visibles como actores económicos en
conjunto; lo cual debe tenerse siempre en consideración si se busca generalizar
una cultura de la responsabilidad y la rendición de cuentas. Para los expertos,
este libro marca un cambio de etapa, pues ahora es necesario generar
conversaciones transversales e identificar los retos surgidos de estas.
Ruben Suriñach
apunta tres retos frente a los cuales debemos estar atentos al diálogo de los significados
en los nuevos conceptos surgidos de la economía plural: en primer lugar
está la escalabilidad de los proyectos (¿hasta qué punto estos son replicables y
en qué dimensiones?); en segundo lugar, hay que prestar atención a la
competencia que se puede generar entre distintos movimientos similares y a los
obstáculos y oportunidades que esta representa; y por último, es preciso estar
atentos a la tarea de conseguir una mayor participación en la propuesta de
estas acciones de empoderamiento económico, para que su acceso no se limite
solo a las clases medias y profesionales, y siempre procurando fomentar la hibridación de estas nuevas prácticas
socioeconómicas.
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Economies transformadores de Barcelona
Ruben Suriñach Padilla
Editorial Montaber
Barcelona 2017
187 páginas
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Economies transformadores de Barcelona
Ruben Suriñach Padilla
Editorial Montaber
Barcelona 2017
187 páginas
[i]Método de
intercambio de datos en red que permite el flujo de conocimientos de un modo
abierto, descentralizado o no jerárquico.