DOS PICAROS CON SUERTE
Pues yo le sé decir que soy uno de los más secretos mozos que en gran parte se puedan hallar; y para obligar a vuesa merced que descubra su pecho y descanse conmigo, le quiero obligar con descubrirle el mío primero; porque imagino no sin misterio nos ha juntado aquí la suerte, y pienso que habemos de ser, desde éste hasta el último día de nuestra vida, verdaderos amigos.
Miguel de Cervantes
Rinconete y Cortadillo (Novelas Ejemplares)
Artículos, traducciones y reseñas de Enrique Góngora Padilla** Articles, translations and reviews by Enrique P. Góngora
20 febrero 2003
10 febrero 2003
Barcelona, 10 Feb, 2002
El hombre cruzó el umbral de la pantalla que se erguía ante él con sus haces y promesas de mundos inabarcables. Sintió la descarga de energía catódica multiplicada hasta el infinito, como en un acto fundacional de la vida ante la charca primigenia. No le era difícil imaginar la emoción que habrían sentido sus antepasados al adentrarse en las selvas del alto Ucayali, rumbo al desconocido caserío que les fue entregado como si se tratase de la tierra prometida.
El hombre cruzó el umbral de la pantalla que se erguía ante él con sus haces y promesas de mundos inabarcables. Sintió la descarga de energía catódica multiplicada hasta el infinito, como en un acto fundacional de la vida ante la charca primigenia. No le era difícil imaginar la emoción que habrían sentido sus antepasados al adentrarse en las selvas del alto Ucayali, rumbo al desconocido caserío que les fue entregado como si se tratase de la tierra prometida.
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