La muestra ha reunido una selección de cerca de 140 obras del autor, a cargo del curador Vicente Todolí, en la que se pone de relieve la experimentación infatigable que caracterizó el trabajo de Tàpies y el desarrollo de su iconografía y su vocabulario de signos, materias, colores y objetos cotidianos.
Todo esto que hoy se nos podría antojar como algo ya muy visto en el arte moderno actual, e incluso se encuentra en las campañas de publicidad, en el grafismo digital y en el concept art, era considerado entonces como un arte de protesta; aún eran recientes los hallazgos de los ejercicios del objet trouvé surrealista y duchampiano en las artes. Pero en el intento, Tàpies descubrió, asimismo, que las imágenes de los muros, ventanas y puertas contenidas en sus cuadros se abrían "como un trampolín" o eran "un medio para alcanzar metas más lejanas".
La función ascética del arte
y su sabiduría
Tàpies confiesa que en su extenuante experimentación artística con los objetos y materiales llegó un punto en que se produjo un salto cualitativo:"El ojo ya no percibía las diferencias. Todo se unía en una masa informe. Lo que fue ebullición ardiente se transformaba en silencio estático. Fue una gran lección de humildad recibida por la soberbia del desenfreno".
Así descubrió un día que sus cuadros se habían convertido en muros. A partir de esta constatación, exploró las posibilidades de incursionar en terrenos aún más primordiales y en los elementos más extremadamente puros o esenciales de la pintura. Su sorpresa fue enorme al descubrir un día que la obra de Bodidarma, fundador del budismo Zen, se llamó Contemplación del muro en Mahayana.
Tras el descubrimiento de las formas y ceremonias de la filosofía oriental, Tápies se apartó del cliché del artista dotado de un bagaje de originalidad, personalidad y estilo y empezó a reconocer la existencia de un núcleo de pensamiento anónimo y colectivo del cual "el autor es solo un modesto servidor". El artista intuyó que ésta era la zona en que se hallaba depositada la sabiduría de la humanidad, más allá de las ideologías y las fatales contingencias del mundo, como una celebración de la vida, el amor y la libertad.
Dinamismo inacabable"A fuerza de arañazos, de golpes, de cicatrices, de divisiones y subdivisiones que infligía a cada milímetro, a cada centésima de milímetro de la materia…" Tàpies elaboró una caligrafía del arte que incorporo el grafiti de la calle y las meditaciones sobre la superficie de un jardín de arena del budismo Zen. En 1969, por encargo de la fundación Maeght, Clovis Prévost filmó el proceso de realización de la obra Pintura con grafismos, la cual constituye un ejemplo de esta búsqueda que incorpora el signo de la escritura en sus cuadros.
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