Eduardo Tokeshi, de su serie #Petropuaj |
Plantón ante Petroperú, Lima - 23/02/2015, La Mula |
El Perú celebra
en abril sus elecciones presidenciales, y a pesar de las catástrofes producidas
por la explotación del petróleo, el tema ambiental no ocupa un lugar destacado
en las cuestiones que debaten los 14 candidatos a la jefatura del Estado. En la
nueva revista digital Gran Angular, Nylva Hiruelas presenta un extenso
reportaje sobre los puntos negros de los candidatos presidenciales en sus propuestas y en la trayectoria de sus agrupaciones en el Congreso
frente a las cuestiones socioambientales. Las llamadas “políticas sociales”
hicieron su aparición en la agenda poolítica peruana desde que en 2011 el
presidente Ollanta Humala definiese su programa de “gobierno inclusivo” como una
prioridad de Estado, algo que sus ministros de economía y finanzas han aplicado
fielmente, pero desde la perspectiva del crecimiento con garantías para la
inversión, es decir, incluyendo siempre, y preferencialmente, al gran capital
de los monopolios generalizados.
Hacia el final de
su mandato, Humala será recordado por los llamados “paquetazos ambientales”, una
serie de decretos legislativos de promoción de la economía extractiva, que han sido
los responsables del relajamiento en los criterios de certificación ambiental
en favor de las grandes inversiones en infraestructura en el sector minero. Y
esto a pesar de su decidido protagonismo para alcanzar un acuerdo internacional de reducción
de emisiones en el marco del Convenio sobre el cambio climático de la ONU. No
obstante, su Gobierno deja un continuo y letal goteo en forma
de vertidos de petróleo en instalaciones inadecuadamente mantenidas, y de externalidades imprevistas, en forma
de conflictos sociales con comunidades de productores agrícolas que reclaman una mayor transparencia
en la gestión de los recursos hídricos en zonas donde conviven con la actividad
minera.
También debemos pronunciar un “hurra por Hollywood”, que este año se ha volcado en los tributos a la tierra y a los pueblos indígenas. Es de esperar que su impacto mediático contribuya a la concienciación sobre las catástrofes ambientales en la Amazonia, como lo ha hecho con su discurso en las redes Leonardo Di Caprio, ganador del Oscar al mejor actor. ¿Recibirán las oenegés ambientalistas un mayor respaldo público por su trabajo? En cualquier caso, los Gobiernos de países y las corporaciones que incumplen las políticas de preservación ambiental ya no podrán darles con la puerta en las narices bajo acusaciones de injerencia sobre la soberanía nacional o del incumplimiento de contratos blindados.
Pero quizá lo más interesante sea la selección de Embrace of the Serpent, del realizador colombiano Ciro Guerra, entre las mejores películas en lengua extranjera, íntegramente filmada en la selva y con el último superviviente de un pueblo amazónico como uno de sus protagonistas. Vean aquí el avance del film:
Amazonia en la literatura
La revista Paralelo Sur, editada por Jordi Gol en Barcelona, publicó en noviembre de 2015 un número especial con un dossier dedicado a la literatura de la amazonia peruana. La coordinación de esta muy completa muestra de poesía, narrativa y estudios sobre las culturas amazónicas ha corrido a cargo de Luis Miguel Hermoza, quien celebró en París a principios de febrero un acto de presentación de la revista, en la que también contribuye con el ensayo “Gestaciones tropicales en el Perú: sobre orígenes de la cumbia peruana y su sonido amazónico”.
Portada de Paralelo Sur, por Gino Ceccarelli |
También destacan La leyenda del caucho, un largo poema
narrativo inconcluso del autor limeño Carlos Amézaga (1862-1906) “por lo que
refleja de una etapa de construcción del imaginario nacional y la esperanza de
un nuevo El Dorado económico” ; el “Canto a Samarén” (1918), del abogado y
periodista costeño Rómulo Paredes, en el que denuncia la opresión sufrida por
los indígenas y exalta la resistencia del jefe de los Huambisa frente a la opresión
de los caucheros, y las Leyendas y tradiciones de Loreto (1918)
de Jenaro Herrera, considerado por Heymann como el primer historiador de la
región.
La novela como
forma narrativa foránea da lugar a Sangama
(1942), de Arturo D. Hernández (1903-1970), cuya obra busca “dar a conocer
y reconocer la selva internacionalmente”. A partir de la década de 1950 se
inaugura la temática social introducida por narradores amazónicos como
Francisco Izquierdo Ríos (1910-1981), o en la novela Paiche, del pintor César Calvo de Araújo (1905-1970), considerado como “una de las
figuras más vitales de la vida artística de la Amazonia peruana en el siglo
XX”.
La flor de bubinzana. Foto: Miroslav Horák |
La inquietud
social de los autores y artistas nacidos en la década de 1930 dio lugar a la
creación, en los años 60, del grupo loretano Bubinzana (la palabra
designa un arbusto del que se saca una sustancia alucinógena y el canto que
acompaña su ingesta). Asimismo, Víctor R. Hidalgo Morey organiza en 1957
la primera Jornada del Libro de Loreto,
donde se dan a conocer los autores de la nueva generación: Germán Lequerica, Javier
Dávila Durand, Róger Rumrrill (fundador de Bubinzana),
Teddy Bendayán, Jaime Vásquez Izquierdo y Manuel Túnjar. La selección de textos
del dossier de Paralelo Sur incluye varios relatos y poesías de estos autores,
y se completa con una serie de obras pictóricas del artista Gino Ceccarelli
Bardales.
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