En vísperas de inaugurarse la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (COP 20), que se celebrará en Lima del 1 al 12 de diciembre, dos noticias merecen ser destacadas respecto a la medición de las emisiones de carbono en la atmósfera. Las emisiones constituyen una de las mayores causas del calentamiento global, lo cual ya está teniendo repercusiones catastróficas en la economía y en el clima, y por ende, en la continuidad de la vida en varias zonas del planeta.
Cartografía en 3D del Carnegie Airborne Observatory (CAO). Fuente: National Geographic |
Un equipo de científicos del
Carnegie Institute for Science de la Universidad de Stanford ha desarrollado
una técnica en 3-D de cartografiado del carbono atmosférico en los bosques
amazónicos de Perú, lo cual permite medir las emisiones y la preservación del carbono
con el fin de que el país sea compensado por las cantidades almacenadas en sus territorios.
Se ha comprobado que la cantidad almacenada en los bosques supera los millones de toneladas de carbono emitidas anualmente por un solo país, EE. UU., uno de los mayores emisores a nivel mundial.
El modelo desarrollado podrá ser utilizado, con algunas adaptaciones, por otros
países que buscan realizar dichas mediciones.
El ciclo del carbono a nivel planetario
Cuando observamos periódicamente la cantidad de CO 2 que se encuentra en la atmósfera lo que hacemos es observar la respiración del planeta.
En lo que atañe a la negociación de precios relativos a las [así llamadas] "compensaciones de carbono", países como el Perú van a necesitar conocer con gran precisión el carbono contenIdo en sus bosques. Solo así podrá este ser valorado en los mercados globales post Kyoto a unos precios competitivos, lo cual constituirá un incentivo para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Existe tanto un aspecto de oferta como de demanda en el programa REDD. En lo relativo a la oferta, países como el Perú deben especificar la extensión del área que está siendo preservada de la deforestación y aportar pruebas de que esas tierras van a ser protegidas permanentemente. Por el lado de la demanda, los países industrializados que sobrepasan las emisiones anuales de carbono acordadas deberán otorgar créditos a países como el Perú por las compensaciones de carbono que estos realizan al preservar esas tierras.
Sin embargo, no existen hasta hoy ni los mecanismos financieros ni unos topes a las emisiones de cada país que puedan hacer que un programa de reducción de emisiones como REDD funcione satisfactoriamente. Y es ese precisamente el asunto que deberá ser negociado en la COP20 de Lima.
“En la Conferencia COP20 de Lima
queremos seguir adelante con este proyecto y trataremos de llegar a un acuerdo global
(sobre financiación y emisiones) en la COP21 de París el año próximo”, explica Chris Meyer, un experto en políticas de reducción de emisiones y deforestación. “Y
para conseguirlo, se requiere que mejoremos nuestra capacidad de medir las existencias
de carbono y su densidad”; y en eso, el trabajo de científicos como los de los
proyectos del Carnegie y la NASA son líderes en la creación de nuevas tecnologías
que permitan realizar unas mediciones vitales para la continuidad de la vida en
toda su diversidad, y como condición de la habitabilidad de nuestra tierra. Hagamos números, pues. De
ello depende la calidad de vida de las generaciones futuras, entendida y deseada bajo el concepto del Buen vivir.
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