¿Puede la cámara de cine ejercer la función que tiene para el escritor una libreta de notas? Es decir, ¿ser como un recogedor de fragmentos de la realidad en forma de imágenes y secuencias fílmicas, como si se tratara de apuntes? Es lo que se propuso en los años veinte del siglo pasado Dziga Vértov (seudónimo de Denís Abrámovich Káufman), el realizador ruso considerado el padre del cine experimental.
Artículos, traducciones y reseñas de Enrique Góngora Padilla** Articles, translations and reviews by Enrique P. Góngora
12 diciembre 2011
Dziga Vértov: El hombre de la cámara
¿Puede la cámara de cine ejercer la función que tiene para el escritor una libreta de notas? Es decir, ¿ser como un recogedor de fragmentos de la realidad en forma de imágenes y secuencias fílmicas, como si se tratara de apuntes? Es lo que se propuso en los años veinte del siglo pasado Dziga Vértov (seudónimo de Denís Abrámovich Káufman), el realizador ruso considerado el padre del cine experimental.
22 noviembre 2011
Corrupción y gobernabilidad: las lecciones de los emergentes
Frente a un mal que socava el crecimiento económico, la sociedad, la política y sus instituciones, algunos países emergentes, como la India, se proponen tomar el toro por las astas en un valiente debate público sin precedentes.
En el marco del Foro Económico Mundial de Mumbai se celebró el 18 de noviembre pasado un debate público televisado sobre corrupción conducido por la cadena británica BBC.
Huguette Labelle, política canadiense y presidente de Transparency International, así como representantes del Gobierno, el mundo empresarial y una activista de la sociedad civil de la India debatieron ante las cámaras y el público el alcance de esta lacra de las sociedades que quieren ser modernas. Gracias a los movimientos y acciones anticorrupción convocados y difundidos mediante las redes sociales virtuales y programas como esta excelente producción de la BBC, el tema se encuentra en el centro del debate público y los movimientos sociales han conseguido poner en una posición incómoda al gobierno y a toda la clase política de la India.
World Debate: corrupción y sobornos en la India
La India lucha contra la corrupción a todos los niveles de su sociedad, desde el soborno de menor cuantía hasta los escándalos multimillonarios en los que se ven implicados funcionarios de gobierno del mas alto nivel.En el presente año se han registrado airadas protestas por los casos de corrupción en los Juegos deportivos de la Commonwealth en Delhi, así como el caso de [la concesión del] espectro de telecomunicaciones 2G de este país, que ha costado millones y llevado a la renuncia de un prominente ministro de gobierno.Los escándalos son de tal envergadura que amenazan con poner en peligro los logros económicos de la India y su rápido crecimiento. La corrupción en la India no es un fenómeno reciente; desde su independencia el país ha intentando combatir la corrupción . Pero este año millones de indios, muchos de ellos miembros de la clase media, se han manifestado junto con Anna Hazare, un activista septuagenario y ex miembro del ejército que se puso en huelga de hambre en dos ocasiones con el fin de presionar al gobierno para que se introduzca un proyecto de ley anticorrupción.No sabemos hasta ahora si este movimiento tendrá éxito o si la India está destinada a convivir con la cultura de la corrupción.
Escucha World Debate, en inglés (53 minutos), organizado por la BBC desde el Forum Económico Mundial en la ciudad de Mumbai
Participan:
Huguette Labelle, analista de Transparency International
Aswwani Kumar, ministro de planificación y procurador anticorrupción del Gobierno indio
Kiran Bedi, ex integrante de la policía india y activista anticorrupción
Ani Godrej, empresario, presidente de la Confederación de industrias de la India
05 noviembre 2011
¿Quién debe a quién?
Considero fundamental dar a conocer las respuestas que los ciudadanos de Europa están dando a semejante atraco a la soberanía de sus países y la liquidación de sus bienes públicos. Porque todavía hay quienes creemos que la política no puede ser secuestrada por los intereses y los malos manejos del capitalismo financiero, ese viejo conocido en nuestra memoria social; ni tampoco las recetas económicas pueden imponerse por encima del 99% de la ciudadanía que sufre estas terribles realidades en sus carnes y exige ser escuchada en sus propuestas y prioridades reales.
Pero la ciudadanía mundial no permanece impávida ante la crisis; desde el Cairo hasta Oakland, pasando por Tel-Aviv, Barcelona o Londres, las protestas arrecian; las alternativas y las luchas se articulan. El economista Joseph Stiglitz opina sobre estos acontecimientos en su artículo La globalización de la protesta, en el diario El País (6-11-2011)
- ¿Quién debe a quién? Campaña por la abolición de la deuda externa y la restitución de la deuda ecológica. Entérate de cómo nos están contando el cuento los banqueros, economistas y políticos que cambian de empleo por el mecanismo de la "puerta giratoria" , cuando no se jubilan con el blindaje de sus pensiones millonarias.
- Proyecto Bretton Woods por la reforma del FMI y el Banco Mundial, demandando una real transparencia y participación de la sociedad civil en las políticas e intervenciones de estas instituciones multilaterales. ¿Sabrá Europa exigir que la deuda de los grandes bancos no se convierta en pública miseria para generaciones de ciudadanos, ni en grandes oportunidades de negocio para los liquidadores de los bienes públicos privatizados?
- ATTAC propugna el impuesto a las transacciones financieras y una justicia económica global. Ulrich Brand explica la transformación socio-ecológica que se requiere para un nuevo sistema de gobernanza mundial: ¡No más capital sobreacumulado!
08 octubre 2011
Arguedas en los 100 años de la novela latinoamericana
Ilustración de Alvaro Portales para el especial de el diario El Comercio dedicado a Arguedas
En la Casa América de Barcelona, el crítico argentino Ricardo Piglia hace un lúcido recorrido por el mapa de líneas y cruces de la novela latinoamericana, que este año cumple un siglo. El zorro de arriba y el zorro de abajo de José María Arguedas, es considerada por el crítico argentino como una de las mejores novelas escritas en el siglo veinte.
El centenario de la novela latinoamericana, cuyo nacimiento se registra durante el auge del Modernismo, coincide también con el centenario del nacimiento del narrador y antropólogo peruano José María Arguedas (1911-1968). En su propio país, la conmemoración de un autor que bebió de las fuentes indigenistas fue considerada como inoportuna por el gobierno de Alan García, que no supo evitar episodios funestos de conflictividad social con las comunidades indígenas y campesinas afectadas por las industrias extractivas. En 2008, una intervención armada de la policía y el ejército en la región Amazonas tuvo un desenlace fatal con 34 muertos, 100 heridos y un desaparecido sin que hasta la fecha se haya determinado la responsabilidad de ningún representante político. Como si se tratara de un fantasma del colonialismo, los conflictos sociales en torno a las industrias extractivas de la minería y el petróleo emergen cíclicamente en el Perú para fastidiar las fanfarrias y celebraciones de la supuesta modernización económica del Perú y recordarnos que el Estado peruano incumple sus compromisos en derechos humanos para todos sus ciudadanos por igual.
Leer el artículo completo
Chimbote es obra de las armazones cibernéticas, de su patronazo de usted, que es también mi relacionado, por otra cuerda contra contraria, como allí le dicen, creo; porque su patronazo está en la vigilancia y coordinación de las fuerzas grandes ¿no? Lloqlla que quiere llevarse todo, porque está recién desgalgándose. Muéstreme la fábrica, don Angel o, sino, dígame lo que en su hígado y en su experimentado seso le hayan repercutido mis saltitos y palabras.El zorro de arriba y el zorro de abajo, Capítulo III, pág. 99
02 agosto 2011
Activistas homosexuales de México piden presión internacional para hacer frente a escalada de asesinatos homofóbicos en su país
23 junio 2011
Un paso histórico
La resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobada el 17 de junio en Ginebra, constituye un reconocimiento a los esfuerzos de miles de activistas gay, lesbianas, bisexuales y transexuales (GLBT). Su lucha por ver sus diferencias reconocidas y protegidas en la legislación internacional en derechos humanos se remonta a la Declaración de Viena de la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos en 1993, que estableció un mandato para codificar todos sus instrumentos en materia de derechos fundamentales y abrió la puerta a considerar la situación de los grupos sociales más vulnerables.
Esta alta prevalencia contribuye a reforzar el estigma que marca a las personas GLBT y de este modo se cierra el círculo de la exclusión.
19 mayo 2011
La España indignada
..y de pronto surgió, como un efecto del polen primaveral. El malestar de la sociedad española frente a su clase política se transformó en indignación el 15 de mayo, y ha tomado la calle en estos días de campaña de las elecciones municipales.
Bajo una consigna sencilla y directa que reclama “Democracia real ya” o que advierte “No somos marionetas en manos de políticos y banqueros”, miles de personas empezaron a congregarse a través de sus cuentas de FB y Twitter el pasado domingo en la plaza del Sol de Madrid, y en otros espacios públicos de Valencia, Barcelona y Sevilla así como en decenas de otras ciudades españolas. La junta electoral de la Comunidad de Madrid ha desautorizado la concentración en la capital, pero los manifestantes se han resistido a abandonarla y han organizado una acampada reivindicativa y pacífica. Otras ciudades también han prohibido las manifestaciones, argumentando que impiden el derecho a ejercer el voto libremente, y solo la junta de Valencia ha permitido la manifestación. En el documento de solicitud de autorización para sus manifestaciones, los convocantes establecen que “la reunión convocada tiene como objeto principal, no la captación de sufragios, sino el de hacer una llamada al ejercicio del voto responsable de cara a las próximas elecciones”, y el de poder también ejercitar los derechos fundamentales de reunión y de expresión.
En esta crisis económica y política que azota a España y a Europa, los españoles han alcanzado el límite tolerable de la desigualdad: un 20% de desempleo que sube a 43% si consideramos a la población juvenil que no ha tenido un primer trabajo. Cientos de miles de personas que han perdido sus casas por impago de la hipoteca. Recortes salvajes en los programas y políticas sociales que afectan a la sanidad, la educación y las políticas de asistencia social; todo para poder cumplir con los objetivos de déficit de la Eurozona. Todo esto en un país cuyo Estado de Bienestar no llegó a cuajar en comparación con países como Alemania o Francia, y cuyos ciudadanos se amparan tradicionalmente en la red familiar en las épocas de crisis. Pero el hartazgo y la indignación han estallado, la decepción por su clase política y su sumisión a la consigna de “privatizar la ganancias, socializar las pérdidas” al estallar la crisis de la burbuja financiera en 2008, ha llegado a su punto de ebullición. Este movimiento de hartazgo e indignación, de alcance europeo y que se repite en cientos de ciudades de este continente, tiene a los jóvenes entre sus principales protagonistas.
Para el analista Josep Ramoneda, en España “las desigualdades han crecido de forma exponencial, poniendo en riesgo el óptimo de desigualdad, a partir del cual aparece la amenaza de fractura. En la pugna entre poder económico y poder político siempre ha llevado ventaja el primero, pero en esta crisis la sumisión de la política ha sido tan grande, que es muy difícil verla como un contrapeso en favor del interés general”.
Es tanta la desconfianza que algunos analistas auguran la refundación de los partidos en España, el fin del bipartidismo y la necesidad de reflexionar sobre la extraordinaria confusión que impera en la clase política de este país. No es de extrañar que los ciudadanos tomen la calle ya no solo como votantes sino como partícipes y revitalizadores de una democracia alicaída y secuestrada por los intereses creados.
11 mayo 2011
Elecciones Perú 2011
El ambiente de inquietud y polarización, inevitable en esta segunda vuelta electoral, y una campaña donde abunda el juego sucio y se confunde al adversario político con el enemigo a destruir, nos llevan a reflexionar sobre la joven democracia peruana.
También existen votantes que dan su firme apoyo a Keiko Fujimori en estas elecciones y han organizado actos de apoyo a su candidatura; como por ejemplo, los miembros de la Asociación Virú, nacida al calor del programa Nous Catalans de relaciones con la población inmigrante de CDC, partido miembro de la coalición nacionalista de la derecha catalana Convergència i Unió, que actualmente preside el gobierno autonómico de Cataluña. No figuran, sin embargo, españoles de origen peruano en la lista de este partido que el año pasado proponía límites a la inmigración y un sistema especial de identificación para los extranjeros llegados a Cataluña.
17 abril 2011
"Inside Job" peruano
01 abril 2011
Wikileaks y las revueltas árabes: traspasando el umbral del miedo
La última noche de kosmópolis11 en Barcelona, el 26 de marzo, reservaba todo un descubrimiento: el diálogo en sesión abierta con las periodistas Sihem Bensedrine (Túnez) y Javeria Kabani (Suecia), presentadas por la periodista catalana Lali Sandiumenge, quien desde su blog Guerreros del teclado, viene reportando sobre los acontecimientos en el mundo árabe y en Oriente Medio.
La ola de protestas civiles que reclaman una apertura democrática en los países de la región, se inició en Túnez con la llamada “Revolución del jazmín”, en lucha contra el régimen policial y mafioso liderado desde 1987 por el presidente Ben Alí, hoy prófugo de la justicia. Bensedrine se refirió a cómo los tunecinos “traspasaron el umbral del miedo” y respondieron a la prepotencia del régimen. Figura clave de la resistencia democrática de Túnez, varias veces encarcelada por el dictador, Bensedrine es portavoz del Consejo por las Libertades y participa en la difícil tarea de devolver al pueblo y a las instituciones de su país la vida democrática perdida durante la dictadura. Reconocida como una defensora de la libertad de prensa y los derechos humanos, fue fundadora del diario digital de oposición Kalima, que sufrió graves amenazas y fue clausurado por sus denuncias al régimen. En 2010, la periodista fue invitada por el PEN catalán a una estancia de un año en Barcelona en un programa para escritores que viven bajo amenazas a su libertad de expresión.
Bensedrine explicó el trabajo de las comisiones de investigación y reorganización de las instituciones y del Gobierno Interino de Túnez. Las comisiones paritarias, conformadas por la sociedad civil y miembros del Gobierno, fueron impulsadas desde la Presidencia Provisional, y funcionan con el apoyo de informantes clave que permitirán desmantelar el Estado policial creado por el régimen de Ben Alí. Como dato de interés, las instituciones policiales de Perú, Polonia y Bielorrusia, que ya han vivido este proceso de transición y subordinación a las instituciones democráticas, están ayudando en el caso tunecino.
[La periodista tunecina Sihem Bensedrine]
Javeria Kabani fue también invitada a presentar un avance del documental Zero Silence, del cual es una de las coproductoras y realizadoras, y que narra la vida, los hallazgos y las denuncias de activistas en la Red que transmiten desde Líbano, Egipto y Túnez, y que hacen posible las conexiones entre los movimientos de protesta de la región, aún con riesgo de sus vidas y su libertad personal. Kabani explicó que su trabajo ha sido financiado por un programa sobre libertad de expresión y democracia de la agencia gubernamental de cooperación sueca. No dejó de resultarme curiosa la coincidencia de ver cómo repartían en la sala de la conferencia un folleto de avance editorial de Wikileaks y Assange (Editorial Deusto), que se anuncia como “un relato trepidante sobre cómo se fraguó la mayor filtración de la historia”, —y que quizás sea la razón de la expeditiva repatriación del fundador de Wikileaks, si prospera el pedido de extradición cursado al Reino Unido por la Fiscalía sueca, por supuestos delitos sexuales cometidos por el periodista australiano.
29 marzo 2011
Literatura en expansión por el amor y la amistad
Kosmópolis11, la fiesta de la literatura amplificada, se presentó en su sexta edición del 24 al 26 de marzo en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, con nuevos espacios ganados en la bicentenaria sede la Casa de la Caritat. Se celebraron, asimismo, encuentros en torno a la literatura y la edición mediante las nuevas tecnologías, en las sesiones y asesorías organizadas en torno al Bookcamp, coordinadas por profesionales, activistas del Copyleft y amantes del libro, el teatro, y la literatura oral y escrita; el contenido de las sesiones puede consultarse en su plataforma digital Wiki.
Dentro de los temas y espacios del Kosmópolis11, destacó la programación del Hall Proteu, en donde se presentó la exposición La Trieste de Magris, con la presencia del venerado escritor italiano Claudio Magris; la muestra (del 9 de marzo al 17 de julio) sigue la estela de lo que es ya la marca de prestigio del CCCB, con memorables exposiciones en su haber como las dedicadas a Borges y Buenos Aires, a Las Lisboas de Pessoa y a La Praga de Kafka. Las otras sesiones proteicas estuvieron a cargo del novelista Ian McEwan, con motivo de la publicación de su novela Solar, y de los escritores Enrique Vila-Matas y Eduardo Lago, que nos regalaron la anécdota de cómo encontraron la tumba de Moby Dick, con la inestimable ayuda de uno de los guardas de tan venerable monumento, en conexión por Internet desde el cementerio del Bronx donde Herman Melville sigue siendo visitado (pueden leer la anécdota, contada por Vila-Matas, en Aparición de Pynchon en Barcelona).
Pero lo que más atrajo mi atención fue escuchar la conferencia del dramaturgo libio-quebequés Wajdi Mouawad, el autor de la trilogía Litoral/Incendies/Forêts que en 2007 removió la escena del Festival de Teatro de Avignon por su actualización de las tragedias griegas de Sófocles, con las guerras y diásporas de Oriente Medio como trasfondo inmediato y actual. Incendies puede verse en una producción cinematográfica canadiense, dirigida por Denis Villeneuve, basada en la obra de Mouawad: un verdadero mazazo en forma de demoledor relato que nos presenta el testamento de una mujer y su intento de ordenar de manera póstuma aquello vivido y también el legado de su memoria, tarea que deja como misión a sus hijos sobrevivientes, y que conecta muy bien con el título de la conferencia que pronunció el autor en Barcelona: “El encanto de la transmisión”, donde dejó bien claro que la actual fiebre comunicadora de las nuevas tecnologías y la interactividad en tiempo real no implican necesariamente la capacidad de transmitir la emoción o el horror que necesita del lenguaje del arte para realizarse. Mouawad se mostró poco dispuesto a perder fragmentos de vida en conversaciones estériles (reales o virtuales) ni en sesiones filmadas de “small talk” sobre tópicos como la guerra o el exilio iniciado en su infancia. Más bien aprovechó el tiempo para dar una conferencia magistral sobre el proceso de creación-transmisión de una obra suya, de cómo aprovecha los fragmentos de memoria emergente para poetizar e incitarse a estructurar un relato dentro de los parámetros de la dramaturgia y el trabajo con sus actores.
Además del esperado estreno de su obra en el Festival Grec de Barcelona del verano próximo, Mouawad dio detalles sobre un fascinante proyecto internacional de formación teatral para actores adolescentes en torno a una serie de temas que serán trabajados anualmente en el marco de cinco ciudades del mundo: la lectura (que se celebrará en la ciudad de Atenas), la escritura (en las imprentas de la ciudad francesa de Lyon), el cómputo (en el campo de exterminio nazi de Auschwitz en Polonia), la expresión oral (en una ciudad de un país árabe por determinar) y la reflexión o el pensamiento (en una travesía marítima que llevará los actores a las costas de un país africano).
01 marzo 2011
Barcelona en blanco y negro
[Izquierda: foto de portada de Los Cachorros, Lumen, Barcelona, 1967]
22 febrero 2011
El arte de la edición
[Foto: el poeta T.S. Eliot, uno de los editores más destacados del siglo pasado]
Una de las ventajas de estar permanentemente conectados al ADSL –desventajas, tiene muchas, pero eso sería tema para otra entrada– es que podemos consultar de manera inmediata los enlaces que nos mandan nuestros compañeros de profesión; es lo que me ocurrió con la sugerencia que recibí a través de la lista del Àgora de Traductors Digitals, mientras hacía una pausa en la traducción de las aburridas actas de la reunión del directorio de un cliente corporativo.
En un artículo de Alex Clark, aparecido el 11 de febrero en el diario británico The Guardian, el autor hace un repaso a las hoy cada vez menos ejercida función de corrector de manuscritos o a la de corrector de pruebas de impresión. Ante un panorama editorial que adopta irremisiblemente el soporte digital, los libros de papel empezarán a ser cada vez más infrecuentes, sin que ello comporte necesariamente la erradicación de los errores de imprenta que en ocasiones arruinan el carácter celebratorio que puede tener el acto de la lectura.
Para Clark, en el mundo editorial son ya cosa del pasado los interminables almuerzos bien regados con bebida y las fiestas donde todo el mundo echaba humo; y se pregunta si también ha pasado a la historia la corrección rigurosa, casi línea a línea, de los libros destinados a ser publicados, como una consecuencia de agresivas y apresuradas políticas de marketing y de ventas.
Al margen de los problemas técnicos que pueden producirse en cualquier proceso de publicación y amargarles la vida a escritores, editores y lectores por igual (cuando éstos pasan inadvertidos y terminan imprimiéndose), Clark se pregunta por “el destino que se reserva al autor cuando su magna obra entra en la cadena de producción editorial. Desde hace años –casi tantos como algunas personas llevan pronosticando la muerte del libro–, se murmura en el mundo editorial que hoy en día los libros sencillamente ya no se editan del modo como solía hacerse; nos referimos tanto a la edición a gran escala que exigía el replanteamiento de una trama, unos personajes o el tono (del lenguaje) como a un nivel más detallista, que asegure la exactitud, por ejemplo, del más mínimo hecho histórico o geográfico. Con ello se sugiere que el tiempo y el esfuerzo que se dedica al libro se han visto contraídos por consideraciones presupuestarias y de personal, porque el mundo editorial contemporáneo se ha desplazado hacia los grandes conglomerados empresariales, y por el mayor énfasis puesto en las campañas de ventas y de marketing, que persiguen el suministro eficiente de productos para un medio minorista que se orienta a la venta de menos títulos, pero en mayores cantidades. Para decirlo a grandes rasgos, se trata de saber si la figura del editor obsesionado con las palabras que, lápiz rojo en mano, estudia minuciosamente un manuscrito, ha dado paso a la del empresario prodigioso, siempre atento a los últimos vaivenes del mercado y más familiarizado con un Tweet que con una metáfora”.
En su reflexión sobre el mundo del libro, Clark señala que cabe especular sobre la naturaleza del texto tal como lo hemos conocido hasta ahora, lo que esperamos del mismo y lo que le exigimos como lectores. Es comprensible, dice, que los lectores dedicados sientan rabia cuando se encuentran con errores gramaticales o de bulto, o faltas ortográficas en un libro que han comprado. Pero si admitimos que hoy en día proliferan toda clase de contenidos generados por los usuarios de Internet y que existe una demanda por verse satisfechos de manera instantánea; no debe sorprendernos que la calidad y la atención en los detalles dejen de ser prioritarias también en esta industria: lo importante es la rapidez y la economía –y éstas terminan relegando el placer del texto a un mero encuentro sexual furtivo, de cabriolas poco memorables con los pantalones o las bragas bajados.
07 febrero 2011
De crisis y soluciones (o cómo los “chicos de Davos” ven otra película global)
Socióloga de formación, estadounidense de nacimiento y francesa de adopción, George es fundadora del Transnational Institute (TNI) y una de las impulsoras de la Tasa Tobin, un impuesto a las transacciones financieras en la economía globalizada y digital del siglo XXI. Junto con algunos economistas y técnicos en comercio internacional de la asociación ATTAC, ha realizado estudios que demuestran la viabilidad de establecer dicha tasa para contribuir al auxilio de la ciudadanía en tiempos de crisis. Solo por esta propuesta, la señora George no es santo de ninguna devoción en los parquets o las cities del mundo de las altas finanzas ni en las corporaciones transnacionales. Desde 1974 ha participado y contribuido en los foros internacionales de lucha contra el hambre y la pobreza en el seno de la ONU, señalando la hipocresía y la inacción que subyacen en los episodios crónicos de desabastecimiento de alimentos en los países del Sur global afectados por sucesivas crisis políticas, económicas o climáticas.
George destaca cómo –paradójicamente– en la fase actual del capitalismo global, sus defensores han hecho buen uso del concepto marxista de hegemonía cultural que fue formulado por Antonio Gramsci en el siglo XIX: un neoliberalismo que propugna la libertad para la innovación financiera sin que ninguna regulación la limite, y el dogma privatizador neoliberal elevado a los altares en la década de 1970 por el economista Milton Friedman en la Universidad de Chicago. Las políticas neoliberales se implantaron gracias a una operación de marketing social de cuya aplicación práctica dieron ejemplo Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan y su reaganomics, propugnada durante su presidencia de los EE UU a partir de 1981. Junto con los cambios ideológicos ocurridos tras la caída de la Unión Soviética, George sitúa en el horizonte evolutivo de la civilización planetaria la aparición del llamado “hombre de Davos”:
“Sus ideas son prácticamente las mismas en todas partes. Dado que sigue forzosamente las reglas capitalistas, mantiene la economía en un estado crónico de sobreproducción y no necesita la mayor parte de la mano de obra del mundo. La democracia se interpone en su camino, y si le hace falta arrastrarnos a las miserias del siglo XIX y tiene la libertad para hacerlo, pues eso hará. Si en el proceso destruye la sociedad y el planeta, lástima.”
Para George, además, el servilismo cómplice de los gobiernos del G-20 ha dejado fuera de la gobernanza global a muchos países, lo que les permite a ellos gobernar en nombre de “los chicos de Davos” y de los intereses y directrices de las corporaciones transnacionales. La única esperanza de cambio en este contexto es el de una ciudadanía que se niegue a obedecer y ejerza una presión pública constante que lleve a procesos de transformación; se trata de obligar a los gobiernos a “reinar en el sector privado, especialmente en los conglomerados financieros, y colocar a la gente y el planeta por delante de la acumulación y los beneficios, en un contexto social mucho más cooperativo”. George advierte que la acción local de incidencia política en cada estado es fundamental, por el papel que el estado individual juega en la vida en democracia: –no es posible una democracia por encima del nivel estatal– señala. Y pone como ejemplo el que los ciudadanos europeos no ejerzan hoy casi ningún control sobre las decisiones de la Unión Europea y su arremetida contra los servicios públicos y el Estado de bienestar forjado con mucho esfuerzo tras la II Guerra Mundial. La autora opina que en una economía capitalista, “no se trata de decir si o no al mercado”, sino más bien de centrarse en qué artículos deben ser vendidos o comprados a unos precios con arreglo a la ley de la oferta y la demanda, y cuáles deben ser considerados bienes o servicios comunes o públicos, cuyo precio debería ser fijado en función de su utilidad social.
Al analizar los muros o cárceles que impiden hacer frente a esta gran crisis sistémica del capitalismo, sitúa en primer lugar al muro de las finanzas y señala que la presente crisis se inició cuando “los bancos se hicieron demasiado grandes para fracasar”. Esta crisis se ha llevado por delante a millones de empleos en el mundo, endeudando e hipotecando las pensiones de las personas de a pie para así poder rescatar a las instituciones financieras por sus malos manejos (hasta la primavera de 2009 se llevaban gastados cinco billones de dólares para salvar a los bancos: un cinco seguido de doce ceros). Para alcanzar tamaño descalabro fue crucial el establecimiento de la doctrina neoliberal de la economía de mercado en la vida política. Susan George explica los entresijos del mercado interbancario y permite al lector comprender cómo en la era neoliberal se pasaron por alto las normas de la Ley Glass-Steagall, que separaba la banca comercial de la banca de inversión, vigente en EE UU desde el gobierno de Franklin D. Roosevelt en 1933, en tiempos de la Gran Depresión originada por el crac de la bolsa de 1929.
Con los nuevos mercados financieros surgidos gracias a la desregulación, bancos como JP Morgan y entidades de inversión como Lehman Brothers también empezaron a saltarse a la garrocha los acuerdos del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Suiza), que establecen que los bancos deben cumplir con el requisito de tener suficiente capital para igualar al menos el 8% de los activos ponderados por riesgo.
Con el beneplácito de la Reserva Federal estadounidense, se cambiaron las reglas del juego, lo que permitió la creación de gigantes corporativos financieros: así nació Citigroup en 1988, de la fusión de Citicorp (sector bancario) y Travelers Group (seguros y títulos). La industria financiera inició una febril campaña de lobby, con 450 millones de dólares gastados en ese concepto y en aportaciones financieras a las campañas electorales de miembros del Congreso, hasta que consiguieron derogar la Ley Glass-Steagall. A partir de entonces, se inventaron unos productos financieros derivados, como sacados del menú de una coctelería que ostentara el rótulo genérico de “vehículos de inversión estructurada” (SIV), en honor de los activos subyacentes en los que se basan. Desde allí hasta la deuda hipotecaria, la burbuja inmobiliaria y la economía de casino que se derrumbó en 2008, no hubo más que un paso para hacernos caer en el abismo, muchas veces con el aval de la agencias calificadoras, vendidas al mejor postor y contribuyendo a la creación de los ya célebres activos tóxicos.
En el segundo capítulo de su libro, Susan George analiza el muro de la pobreza y la desigualdad, para lo cual propone un método novedoso: en lugar de estudiar la pobreza, sería más productivo estudiar la riqueza y a quienes la poseen, generalmente estas riquezas se encuentran depositadas en los paraísos fiscales. Para ello proporciona valiosos enlaces en Internet, como el de la Comisión noruega sobre fuga de capitales desde países en desarrollo.
El tercer capítulo, sobre la crisis de los recursos, está muy bien documentado y es fruto de la amplia experiencia de George en el movimiento de lucha contra el hambre. La crisis de recursos coloca a los alimentos y el agua fuera del alcance de millones de personas en el mundo:
“la comida está justo en la encrucijada de las crisis económica, social y financiera, y procura un ejemplo gráfico de cómo éstas se refuerzan mutuamente. Esto pone de relieve la nueva realidad de la imprevisibilidad de los precios causantes del hambre, que tiene poco o nada que ver con las circunstancias locales”.
George opina que las llamadas soluciones ecológicas como el agrocombustible (etanol para vehículos) son medidas destructivas e ineficientes que a la larga hacen pasar más hambre a la gente, y en cambio argumenta a favor de la soberanía alimentaria que defiende la organización internacional Vía Campesina; el concepto contempla una producción que sea enteramente de carácter local, compatible con economías de escala, que utilice semillas autóctonas y mantenga la biodiversidad, bajo técnicas de cultivo sostenibles que respetan el suelo y los recursos hídricos. Para la autora resulta intolerable que los gobiernos del mundo tomen decisiones políticas sin tener en cuenta las medidas que ya en 1970 y 1980 propugnaba la Asamblea Mundial de los Alimentos. Tres décadas después, el pobre rendimiento agrícola de vastas regiones del planeta como consecuencia de megaproyectos depredadores y desarrollistas es la principal causa de la desnutrición endémica y el hambre que azota a cientos de millones de personas. A pesar de ello, las fracasadas políticas impuestas por el Banco Mundial y el FMI desde la década de 1960 son ahora reemplazadas por los llamados “Nuevos Arreglos Tecnológicos Mejorados” implementados mediante soluciones propuestas por transnacionales de la agroindustria. George vaticina que en África estos proyectos acarrearán una mayor destrucción de las tierras cultivables y alejarán aún más a los pequeños agricultores de la soberanía alimentaria.
El agua es otro recurso que la autora define como el “producto capitalista perfecto” sobre cuyo acceso se observa una creciente desigualdad, en la medida en que se está convirtiendo en una mercancía apetecible para la economía capitalista. Existen en el mundo nueve países grandes del planeta que poseen el 60% de las existencias mundiales de agua dulce disponible (en América del Sur, Brasil y Colombia). Algunos de estos países con economías emergentes, como China, están dilapidando y contaminando irremisiblemente sus fuentes de agua debido a un crecimiento industrial exponencial. Se estima que dos tercios de la población mundial vivirán en el año 2030 en países con tensión hídrica, con una mala distribución entre los sectores de la actividad económica (doméstico, agrícola e industrial), que en muchos países condena a las capas más pobres de la población a no tener agua potable. Y en este contexto, el control de la contaminación hídrica y el reciclado de las aguas residuales se han convertido en un negocio que genera miles de millones para los transnacionales del sector, y para quienes los sectores pobres no son considerados como “usuarios” con capacidad de compra. George además da buenas razones para oponerse a la creciente tendencia a la privatización del tratamiento y distribución del agua. Esta actividad no se beneficia de la competencia, como ocurre con el sector manufacturero o los servicios corrientes; se trata de un “monopolio natural” que no debería ser propiedad de ninguna empresa privada, sino más bien contar con una única autoridad pública supervisora de la red y sus diversos componentes, atendiendo a su eficiencia y a la relación entre coste y beneficio.
Aunque algunos de los pronósticos de este libro tengan un cierto tono apocalíptico, las crecientes desigualdades, aceleradas por la bomba de tiempo demográfica, las crisis climáticas y el derrumbe financiero no permiten ser muy optimista sobre un horizonte inmediato de paz y seguridad a nivel mundial. En su diagnóstico del mundo de las finanzas, hace referencia en tono algo festivo a diversos hallazgos científicos divulgados en la revista New Scientist (por ejemplo, que los niveles de testosterona de los operadores de Wall Street ejercieron su influencia negativa al traicionar la confianza en los negocios y las decisiones financieras de las bolsas), pero no cabe duda que conoce jugosos detalles antropométricos e inmorales de los peces gordos del capitalismo global y los golpes maestros asestados a los poderes públicos de EE UU y a las economías de los que otrora fueron países desarrollados.
Además, acierta en recalcar que la apatía de la ciudadanía puede hacer que avancen y se instituyan unas políticas que nos lleven al abismo: populismo político, abandono de los servicios públicos, blindaje de fronteras frente a oleadas de refugiados por catástrofes medioambientales, conculcación de derechos fundamentales, etc.) En este sentido, la revolución democrática que actualmente protagonizan los países árabes tras décadas de tiranías, indudablemente activada por todos estos componentes negativos, quizás nos sirva de revulsivo para actuar como ciudadanos comprometidos con nuestra realidad local, pero también preocupados por el destino del planeta que legamos a las próximas generaciones.