20 enero 2010

Para leer a Freud: cien años después















Transcurrido el año de Charles Darwin, el padre del Evolucionismo, este año las obras de Sigmund Freud cumplen cien años y entrarán en el dominio público. Ello contribuirá sin duda a que durante 2010 aparezcan en Europa nuevas ediciones de la obra del padre del psicoanálisis; confiemos en que ello también nos traiga nuevas traducciones al español, muy probablemente de Argentina, desde donde tradicionalmente ha irradiado la ciencia psicoanalítica a todo el ámbito hispano.

El diario francés Libération publicó el sábado 2 de enero un especial sobre la obra de Freud que incluía las sugerencias de Robert Maggiori para una lectura neófita de las obras del padre de los psicoterapeutas:

Para acceder a la obra de Freud

No conviene iniciarse en el psicoanálisis con la Introducción al psicoanálisis (Alianza), pues es una obra harto difícil. Un recorrido más llevadero de la obra de Freud debería comenzar por Mi vida y el psicoanálisis y Sigmund Freud por sí mismo, que dejan ver la imbricación prácticamente total que existe entre el “destino” de Freud y la historia del psicoanálisis. También puede empezarse por Psicopatología de la vida cotidiana, en donde se analizan hechos con los que todos tenemos experiencia, como los actos fallidos, los olvidos de nombres o los lapsus.
En una segunda etapa, se incluiría la lectura de Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad, Metapsicología, Ensayos de psicoanálisis, y después, Cinco lecciones sobre psicoanálisis, que recoge las conferencias (muy accesibles) pronunciadas por Freud en 1909 durante su visita a los EE UU. Antes de seguir con el compendio que representa La interpretación de los sueños, deberíamos detenernos en Los sueños y su interpretación o en Sobre el sueño. A partir de este punto, estaríamos preparados para leerlo todo sobre Freud: El chiste y su relación con lo inconsciente, Tótem y tabú, El porvenir de una ilusión, que constituye una dura crítica de la religión, y El malestar en la cultura, Moisés y la religión monoteísta, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, etc.
De gran interés es la Correspondencia de Freud, especialmente la que mantiene con Carl Gustav Jung –quien debió convertirse en su delfín, pero que terminó siendo el jefe de las filas del “otro psicoanálisis”—y con Karl Abraham, Arnold y Stefan Zweig, Wilhelm Fliess y Lou Andreas Salomé.
Entre las obras introductorias más accesibles se encuentran: Sigmund Freud: un tragique a l’age de la science, de Pierre Babin (Gallimard) o Freud, de René Major y Chantal Talagrand (Folio). También hay una exigente “biografía psicoanalítica” escrita por Gérard Huber, Si c’était Freud, de reciente aparición en la editorial Le Bord de l’eau.
Y si quiere conocerlo todo sobre el psicoanálisis y la profesión del analista, puede dedicar... treinta y tres horas al visionado de los catorce DVD que contiene el estuche Etre psy de Editions Montparnasse.

¡Buena lectura y buena inmersión en los mundos del subconsciente!