31 enero 2019

Ciudades y soberanía digital


Foro EUROCITIES


Del 23 al 25 de enero tuvo lugar en Barcelona el Foro de la Sociedad del Conocimiento*, que reunió a personas expertas en tecnología digital y responsables de la administración pública para debatir en torno al tema “Dinero Público - Código Público”
 



Atendiendo al crecimiento demográfico y la incesante urbanización, el siglo veintiuno es considerado como el siglo de las ciudades. En su conjunto, estas representan apenas el 2% de la superficie terrestre, pero albergan a más de la mitad de la población del planeta (3.600 millones de personas) y consumen el 75% de los recursos producidos por la economía mundiali.

En el marco global de la sociedad del conocimiento y de la sostenibilidad planetaria, ¿cómo se están replanteando su papel los gobiernos municipales y las administraciones públicas? ¿Y de qué manera están contribuyendo o reclamando los ciudadanos su participación en un ecosistema y una economía política en rápida transformación? De ello se ocupan instituciones como la red EUROCITIES, cuyos miembros forman parte de los gobiernos de las 140 ciudades de Europa que la integran, y son responsables del bienestar de 130 millones de habitantes.

A partir de este marco institucional, se han puesto en marcha proyectos como DECODE, que tiene por objetivo asegurar el control de los datos digitales por parte de la ciudadanía. DECODE responde a problemas derivados de los riesgos que presenta Internet para la identidad digital, el monopolio de los datos en manos de un puñado de empresas tecnológicas o un ecosistema digital fragmentado; problemas que impiden al usuario final tener control sobre sus datos en Internet o decidir cómo crear soluciones y servicios beneficiosos para la comunidad a partir de los datos públicos.

Los proyectos piloto de DECODE, previstos entre 2018 y 2019, están siendo simultáneamente desarrollados en las ciudades de Ámsterdam y Barcelona. [el acrónimo DECODE significa Ecosistemas de datos digitales de titularidad ciudadana y descentralizada]

Por otro lado, están las actividades de fundaciones y comunidades académicas, profesionales y ciudadanas que promueven el software libre y el uso del código abierto tal como este ha sido tradicionalmente empleado en los proyectos científicos desde finales del siglo pasado. En el encuentro de Barcelona participaron Fundación del Software Libre de Europa (FSFE) y la Fundación por el Código Público (FFPC), dos instituciones vinculadas a centros de investigación académica y de I+D.

El panel internacional de expertos abrió el debate apuntando a la inversión en código abierto (OS, open source) emprendida por el Gobierno municipal de Barcelona, según lo previsto en su Plan de transformación digital. El objetivo del Plan es conseguir lo que genéricamente se denomina (como la) soberanía digital de la ciudad, algo que persiguen en su conjunto los 80.000 ayuntamientos que hoy se cuentan en los países de la Unión Europea, según refirió Esteve Almirall, director del Máster en Business Analytics de ESADE

En nuestro siglo, las ciudades buscan cooperar antes que competir; y también compartir el conocimiento e integrarse en una Europa de las regiones más allá de los estados nacionales, con el fin de estar mejor preparadas para enfrentarse a los desafíos políticos, económicos y sociales de la globalización.

Infraestructura como código

Como responsable del desarrollo de programas digitales en el Instituto Municipal de Informática de Barcelona, Xavier Roca presentó el concepto de Infraestructura como código (IaC), un tipo de abstracción de la tecnología informática gracias a la cual los paquetes tecnológicos son proporcionados y gestionados por profesionales mediante software en lugar de instalar sistemas de hardware. La IaC puede emplearse en el suministro de sistemas de nube y también para virtualizar diferentes entornos del software (es decir, sin necesidad de instalarlos en los discos duros de nuestras computadoras).

Esto ha permitido, por ejemplo, la adopción de Linux (sistema operativo de código abierto) en las estaciones de trabajo del Ayuntamiento de Barcelona, lo cual ha comportado un importante cambio de cultura. Con ello se ha conseguido romper los llamados ‘vendor lock-ins’ (monopolios comerciales) y también ahorrar en licencias de software. Asimismo, se ha hecho público el código abierto del software creado y se ha participado en proyectos como DECODE y FLOSSBCN; esta última es una plataforma abierta para debatir, compartir experiencias y fomentar eventos en torno al software libre.

Como prioridades, Roca apuntó a la necesidad de exigir interfaces y protocolos de comunicación en código abierto que permitan una mejor gobernanza de estas comunidades. Esto les ayudaría a estar mejor preparadas para incorporarse en uno de los objetivos de proyecto DECODE: facilitar las bases y criterios para que las PyMES puedan participar en las ofertas para la contratación pública de los servicios digitales a nivel municipal.

Campañas por el software libre y el código abierto


Alexander Sander, responsable de políticas públicas de la FSFE, explicó las razones de Public Money – Public Code, una campaña que reclama leyes para que el software financiado públicamente desarrollado para el sector público sea también de acceso público mediante una licencia de Software Libre o de código abierto. Gracias a ello habría un mayor ahorro en tecnología (incluyendo la recaudación fiscal) y existiría más colaboración entre las administraciones y la ciudadanía; todo ello contribuiría a generar servicios públicos innovadores y ágiles en la infraestrucutura digital.

La fundación también ha lanzado la Campaña para defender la posibilidad de compartir código. Este cuestión es mencionada en el artículo 13 de la Directiva para la reforma de los derechos de autor de la Unión Europea. A la campaña también se han adherido gigantes de las techs digitales como Google, aunque es difícil saber si lo hacen por las mismas razones y propósitos que la comunidad del software libre; lo cierto es que el control y bloqueo de los contenidos protegidos por el artículo 13 afectaría a los repositorios de código abierto como GitHub y WikiData y, por ende, el trabajo de desarrolladores y empresas que dependen del ecosistema del software libre y el código abierto.

Boris van Hoytema, director de la FFPC, señaló la necesidad de tener más personas programadoras en código abierto y de avanzar en la creación de un ecosistema a nivel de los gobiernos. Por esta razón, la Fundación se ha abocado a la tarea de ofrecer herramientas prácticas en diversos aspectos como los de la fiabilidad, el aseguramiento de la calidad y la seguridad, así como en los ensayos, la gobernanza del modelo financiero, la organización y el apoyo comunitario. La Fundación busca, asimismo, convertirse en el referente histórico que permita a las instituciones públicas mantener el control de su infraestructura digital.

Eduardo Romero presentó un resumen del plan del Ayuntamiento de Zaragoza y su hoja de ruta en tres fases para migrar su plataforma ofimática corporativa hacia el software libre:

  1. Adopción del código abierto en las Apps
  2. Uso del Libre Office como software de ofimática
  3. Código abierto en todo el sistema operativo

El administrador describió las ventajas de los llamados ‘formatos abiertos’, que permiten conservar y recuperar los archivos a lo largo de muchos años, una cuestión indispensable cuando se trata con el histórico de documentos de las administraciones públicas. La administración local constituye un entorno en el que es preciso considerar los condicionantes provocados por el temor, la incertidumbre y la duda; en la administración, nunca se sanciona a un funcionario por su inacción, pero sí cuando este actúa y toma las decisiones equivocadas.

Algunas ideas surgidas durante el panel


Si los últimos proyectos en los ámbitos de la Inteligencia Artificial (IA) y el Aprendizaje Automático han sido desarrollados con código abierto, ¿por qué no ocurre lo mismo con los proyectos digitales de las administraciones públicas? Esto podría estar relacionado con la estructura jerárquica que caracteriza a las administraciones, a diferencia de la horizontalidad que es propia de la cultura de los equipos científicos. Además, los funcionarios suelen ser reacios a situarse fuera de territorio conocido y adoptar algo distinto a lo que ya ha sido previamente ensayado y usado. Por otro lado, el bajo índice de adopción del código abierto podría deberse al alto coste en recursos humanos que implicaría la formación de todo un cuerpo de funcionarios, sin garantías de que estos no se vean abrumados por las novedades relacionadas con la plataforma ofimática y la interfaz de atención al ciudadano(burocracia lenta vs. tecnología rápida).

¿Es posible plantear un modelo federativo para las plataformas digitales de las administraciones públicas municipales? Quizá en Europa estemos más preparados a dar ese salto que nos lleve de los Centros de datos al uso a las nuevas plataformas digitales en la nube en que se pudiera crear “un ecosistema de los procesos de poder para que estos funcionen en beneficio de todos” (Boris van Hoyten).

En un contexto político-administrativo en el que los niveles de gobierno no suelen coincidir, quizá haya que prestar atención a los proyectos que proponen Digital Europe (la principal asociación comercial europea que representa a las industrias transformadoras en el ámbito digital), el proyecto FLOSSBCN, la plataforma de participación ciudadana Barcelona Decidim y la comunidad Metadecidim; quizás sus propuestas nos estén dando las claves para la creación de un mercado que adopte las soluciones de software libre y el código abierto en la gobernanza democrática de nuestras ciudades; un mercado abierto que relacione sus iniciativas más allá de las fronteras nacionales y los territorios, de un modo distinto al de los grandes monopolios corporativos.

*El encuentro también acogió la presentación de la recientemente creada Coalición por los derechos digitales.



i Lamas, A. (2015), Blog de ciudades sostenibles, Banco Interamericano de Desarrollo

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